Su médico desarrollará un plan de tratamiento personalizado para aliviar el dolor y reducir la rigidez de la articulación.
Cambios en el estilo de vida.
Si el dolor no interfiere con su vida diaria, es posible que su médico le recomiende hacer primero algunos cambios en su estilo de vida para proteger sus articulaciones y reducir el avance de la enfermedad.
Ejercicio. Si regularmente hace ejercicios de alto impacto (como correr o practicar deportes competitivos), puede disminuir la tensión de su rodilla sustituyéndolos por ejercicios de bajo impacto. Caminar, andar en bicicleta y nadar son buenas opciones de actividades de bajo impacto.
Pérdida de peso. Si tiene sobrepeso, perder tan sólo algunas libras puede marcar una gran diferencia en el nivel de tensión que soporta la articulación de su rodilla.
Fisioterapia. Algunos ejercicios específicos pueden mejorar la amplitud de movimientos de su rodilla y fortalecer los músculos de su pierna que dan sostén a la articulación. Los dispositivos de ayuda, como aparatos ortopédicos, férulas o insertos para calzado, también ayudan a disminuir la tensión de la articulación.
Medicamentos.
Si el dolor afecta su rutina diaria, o no se alivia con los métodos iniciales, el médico puede incorporar algún medicamento a su plan de tratamiento.
Acetaminofén. Aunque no reduce la hinchazón, el acetaminofén puede aliviar el dolor leve con pocos efectos secundarios.
Medicamentos antiinflamatorios no-esteroidales. Fármacos como la Aspirina y el Ibuprofeno reducen el dolor y la hinchazón.
Suplementos alimenticios. Algunos suplementos de venta sin receta, como la glucosamina y el sulfato de condroitina, pueden aliviar el dolor en algunas personas. Hable con su médico antes de usar suplementos.
Inyecciones de esteroides. La cortisona es un poderoso antiinflamatorio que se inyecta directamente en la articulación de la rodilla.
Viscosuplementos. Esta terapia de inyecciones puede aliviar los síntomas de la artrosis en pacientes que no responden a otras opciones no quirúrgicas.
Cirugía.
Su médico puede considerar realizar una cirugía si su dolor empeora y le provoca incapacidad.
Artroscopia. Este procedimiento puede emplearse para eliminar pequeños trozos de cartílago desprendido o rasgado, o para alisar la superficie del cartílago desgastado. Cuanto más avanzada esté la artrosis, menos eficaz es la artroscopia. Osteotomía. Se realiza un corte en los huesos que rodean la rodilla para realinearlos y eliminar la presión en la articulación de la rodilla.
Reemplazo de la articulación. El reemplazo de la articulación puede ser total o parcial. Se extrae la articulación completa de la rodilla o partes dañadas y se sustituyen por un dispositivo artificial (prótesis articular).